Endesa, Fenosa e Iberdrola pagan el uranio enriquecido para producir energía eléctrica en sus centrales nucleares, pagan el carbón o el fuel-oil que sus térmicas convierten en kilovatios y pagan el gas que alimenta las centrales de ciclo combinado para llevar electricidad a la red. Pero en Galicia no pagan el agua que mueve las turbinas de sus centrales hidroeléctricas ni el viento que imprime el movimiento de rotación a las palas de sus aerogeneradores. En datos de 2003, la producción de energía hidráulica en Galicia fue el 19,5% de la de España y la eólica, el 29,5. El 21,1% de las energías renovables de España tiene origen en Galicia y el 8,7% de las no renovables.
Según la Confederación Hidrográfica del Norte, el Miño y el Sil "son ríos notablemente regulares, auque tienen un máximo de caudal en invierno, enero y febrero, y un mínimo en verano, agosto, septiembre. A lo largo de su curso, como del de sus afluentes, hay docenas de embalses dedicados a la producción de energía eléctrica. Estos dos ríos son una de las principales regiones productoras de energía eléctrica de España".
En Galicia se cuentan 34 centrales de potencia superior a 10 MW y 88 de potencia no superior a 10 MW. De los grandes embalses, 14 pertenecen a Iberdrola, 12 a Fenosa y 3 a Endesa. La capacidad de todos estos embalses asciende a 3.102,43 Hm3 y el volumen de agua embalsada, a 26 de junio próximo pasado, era de 2.466,07 Hm3, lo que supone una ocupación del 79,48%.
Endesa y Fenosa tienen su sede social en Madrid e Iberdrola, en Bilbao. Esto quiere decir que Galicia no ingresa ni un céntimo del impuesto de sociedades. La caída del empleo en el sector eléctrico es continua en todas las comunidades autónomas. En Galicia pasó 6.455 puestos de trabajo en 1987 a 1.739 en 2003, esto es, una diferencia del 73% frente al 55,8% en el total peninsular. En este último año el 7,4% de los empleos del sector eléctrico peninsular estaba en Galicia, cuando registraba más del 12% en 1987. En el recorte del empleo, los grandes perjudicados han sido los obreros, con el 67% de los puestos perdidos. Donde menos empleo se perdió fue en Madrid, el 25%, ya que pasó de 5.352 en 1987 a 4.007 en 2003. En la Comunidad de Madrid se produce el 0,1% de la energía de España, mientras que consume el 11,4% y tiene el 17% del empleo. Galicia produce el 11,9 y consume el 7,5, por encima de su participación en la población, pero la industria básica Alúmina-Aluminio, situada en la costa de Lugo, se lleva el 30% del consumo gallego. La producción de Cataluña es el 18% del total nacional, con un consumo del 18,9%. La Comunidad Valenciana produce el 5,7% y consume cuatro puntos más. La producción del País Vasco no llega al 1% y su consumo supera el 8%.
El agua para el consumo doméstico tiene precio. Por ejemplo, 1,61 € metro cúbico en Barcelona, 1,27 € en Valencia, 1,11 € en Madrid, 0,93 € en Bilbao y 0,78 € en Coruña. Sin embargo, las empresas hidroeléctricas que convierten la "hulla blanca" de los ríos gallegos en kilovatios no pagan por la explotación de este recurso, mientras que Endesa y Fenosa si pagan por la hulla o carbón de importación para alimentar sus térmicas de As Pontes y Meirama. Pero es que sus inversiones en las centrales hidroeléctricas, según recoge el profesor Pérez Arriaga en el Libro Blanco sobre la Generación de Energía en España, están ya amortizadas en más de dos veces. Y aún le quedan años de concesión por sucesivas e incomprensibles ampliaciones. Si el agua para una necesidad tan elemental como el consumo doméstico tiene un precio, ¿por qué no ha de pagarse por ella cuando se utiliza para producir hidroelectricidad, el gran negocio de las eléctricas? Para mayor inri el precio de la luz en Galicia es igual que en Madrid, que apenas produce energía.