La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) sobrepasa en Galicia el millar de afiliados. Si tenemos en cuenta que en 2005 la estadística oficial situaba en Galicia 11.289 médicos, el 5,6% de España, los mil y pico del CESM no llegan al 9% de los colegiados gallegos y son tan minúsculo porcentaje de la población gallega que nadie tiene en cuenta.
Este colectivo médico solicitó hace ya días que los 50 millones de euros que en 2007 se invertirán en la Ciudad de la Cultura (uno prefiere llamarla Gaiápolis de Compostela) se destinen a la sanidad pública. Esta pose encontró apoyo en las páginas de un periódico que no cesa de combatir el proyecto de Peter Eisenman. "Los médicos exigen invertir en la sanidad los fondos del monte Gaiás", "Con el problema que hay en sanidad, y 50 millones para el monte Gaiás"... La inversión más absurda que se está ejecutando en Galicia es el puerto exterior de Punta Langosteira, al que los Presupuestos Generales del Estado para 2007 dedican 120 millones de euros, mientras niegan unas migajas para que entre en servicio el puerto exterior de Ferrol, obra terminada en mayo de 2005. Si se presume candidez, calidad de cándido, a la propuesta, no hay duda de que con 50 millones se pueden alcanzar bastantes menos objetivos que con 120, pero es que además ese puerto batido presupuestado en 600 millones de euros, costará, según ingenieros del ramo, alrededor de los 1.000 millones de euros. De otra parte, una inversión en infraestructuras culturales, si se saben utilizar, resulta más rentable social y economicamente que construir un gran puerto innecesario y por encima en sitio inadecuado. Según las estadísticas oficiales de 2003, Galicia cuenta con el 17,85% de los puertos de interés general de España, que registran el 14,67% del tráfico total. Y desde 2005 tiene un gran puerto en Caneliñas para refugio de gaviotas. (A uno de los culpables de este desaguisado le han colgado la medalla de oro de Galicia). Hace dos meses, Antón Luaces, el periodista gallego más puesto en el tema marítimo, tras indicar que el actual puerto coruñés pierde tráficos y que "el movimiento de combustible, disponiendo como dispone la ciudad coruñesa de una refinería de petróleos, tampoco parece garantizar el futuro inmediato de este puerto", escribía en La Opinión de A Coruña: "Si el movimiento de mercancias -incluida la pesca- en el actual puerto coruñés se reduce claramente, ¿qué justifica la faraónica obra de la dársena de Punta Langosteira en donde todavía no tiene asiento futuro Repsol?"
Galicia, tres aeropuertos. Galicia, tres universidades. Galicia, cinco autoridades portuarias y un gran puerto al que se dedicó una gran inversión, hasta ahora improductiva, ahora se le va a sumar otro puerto exterior. ¡Qué manera de despilfarrar dinero público! Y esa obra faraónica sólo recibió loas del periódico que aprovecha hasta la candidez de un pequeño sindicato médico para practicar su deporte favorito de machacar en hierro frío, que ni siquiera cuenta con el apoyo de sus lectores. Pero sigue erre que erre a ver si consiguen la voladura controlada de la infraestrcutura del Monte Gaiás.
La propuesta que trasladó a la opinión publica un médico sindicalista, de abandonar una infraestructura cultural, para parchear el viejo déficit sanitario es una solemne tontería. Y más si recordamos la vieja frase, creo que de Letamendi: "el médico que sólo sabe medicina, ni siquiera medicina sabe". Los médicos siempre apoyaron la cultura.
Pero, ¿por qué en vez de exigir la liquidación de una infraestructura que puede ser muy útil si se acierta a llenar de contenido y gestionar con honestidad y austeridad, no pidió que ya que el Estado, por los mismos días en que el médico de marras largaba su despropósito, anunciaba un superavit de 11.808 millones de euros en los ingresos hasta agosto, dedicase parte a financiar la sanidad de aquellas comunidades autónomas con crónicas insuficiencias por transferencias deficientemente valoradas? Ya va siendo hora de garantizar mayor equidad en el acceso a los servicios sanitarios en todo el territorio español. El gasto sanitario per cápita en Galicia, en datos de 2002, estaba en 801 euros, por encima de cinco comunidades autónomas y por debajo de 16, encabezadas por los 909 euros de Aragón. En el último año el gasto público sanitario por habitante en España alcanzaba los 931 euros frente a los 1.500 de la media europea. Para alcanzar el nivel europeo se estima que se necesitarían más de 21.000 millones de euros, sin embargo, en el último debate sobre la financiación de la sanidad, el Gobierno central ofreció 3.000 millones. Así no se eliminan las listas de espera ni se pone fin a las diferencias en el acceso a la sanidad ni se reduce el 10% más de mortalidad que existe en las áreas más pobres. Los expertos en cálculo estiman que si todo el mundo dispusiera del nivel de atención sanitaria que alcanzan los sectores de mayor renta se podrían evitar 35.000 muertos. Y aquí todos preocupados por los 4.442 personas que han muerto en las carreteras en 2005. Hasta se podía mejorar la atención sanitaria destinando a ella los millones de euros que la Dirección General de Tráfico dedica a publicidad. Incluso no vendrán mal los 140 millones de euros que entre 2001 y 2005 se llevó de Galicia la DGT. El ministerio de Sanidad anunció hace dos años que equiparará el gasto sanitario español a la media de los Quince (No de los 25, que sería más fácil). Pero también se apresuraron a aclarar que no es un objetivo que se pueda lograr "de hoy para mañana".
La recaudación del Estado a través de los impuestos del tabaco pasó de 1.591 millones de euros en 1993 a 5.620 millones en 2003, un crecimiento del 253% . Si el tabaquismo incrementa el gasto sanitario, aunque el sector del tabaco genera 59.000 empleos directos y 30.000 indirectos, ¿por qué no se destina una parte del 72% del precio de los cigarrillos que se embolsa el Estado a mitigar la penuria presupuestaria de la sanidad? Pero también hay ejemplos en nuestro entorno. La hacienda autonómica paga a Renfe para que mantenga servicios obsoletos, a Audasa para dejar sin peaje para unos pocos el puente de Rande, al Estado para cofinanciar mejoras ferroviarias que son competencia estatal, a Acega para construir una pequeña autopista con el peaje más caro de España, a subvenciones a empresas con crecidos beneficios para contratación temporal o para que establezcan la cogeneracion, y a subvenciones varias. Sumen todos estos despilfarros y es posible que diera para que la sanidad gallega abandonase su penuria presupuestaria.
Pero, ¿no pueden los médicos hacer más por la eficacia sanitaria? Saltó estos días a las páginas de los periódicos que médicos con 17 años de ejercicio siguen sin ser propietarios de su plaza. Una vergüenza. Y que hay contratos "mes a mes". ¿Qué hace la inspección de Trabajo o sindicatos como CESM para cortar estos abusos?
En marzo pasado la prescripción de medicamentos genéricos en Galicia estaba en un 7,5%, frente al 6,4 del mismo período de 2005, pero el Sergas prometía alcanzar entre el 10 y el 18% en los próximos años. En 1995 el coste por receta en Galicia estaba en 8,8 euros y en 2004 ascendió a 14,4 euros. El gasto farmacéutico hospitalario de Galicia está en el capítulo "Corrupción y Salud" del informe global de la corrupción 2006 de Transparency Internacional-España. La estancia media de los hospitales públicos de Andalucía, Cataluña, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco más alta corresponde a los establecimientos gallegos, con 9,2 días frente a los 7,7 días de promedio de las seis comunidades. También está a la cabeza en porcentaje de ingresos por urgencia, con el 17,8 frenta al 13 de promedio. Es una manera de protegerse contra las largas esperas. En fin, la sanidad pública gallega necesita más dinero, pero también es cierto que con el dinero que escapa se podía mejorar el servicio. ¿Por qué los sindicatos que se asientan en los hospitales no exigen que no haya excepciones a la hora de cumplir los horarios?
En fin, los médicos del CESM, por acción u omisión, mean fuera del orinal. ¡Qué mal ejemplo!