CONDE ROA INTENTA CERRAR A LA BRAVA EL MERCADO DE GANADO DE SANTIAGO
El Ayuntamiento de Santiago lleva años cargando contra el recinto agropecuario de Amio desde el abandono. Con la táctica del avestruz se fue devaluando una fuente de riqueza, que algo aportaba a las arcas municipales, que tal vez soportaron visas del buen comer de los ediles. Pero lo que nadie esperaba es que la Corporación Municipal elegida en mayo pasado (el Partido Popular, con Gerardo Conde Roa como cabeza de lista, puso fin a 28 años de gestión socialista) , sin encomendarse a Dios ni al diablo, decidiera eliminar la secular Feria de Santiago. Tal arbitrariedad choca con la promesa que llevaban en el programa electoral: “Rendibilizar a estrutura do Mercado de Gando”. Eliminando el mercado mal pueden rentabilizarlo, más bien todo lo contrario, lo cual no quiere decir que por dejación de la Corporación Municipal no se beneficien intereses foráneos y espurios. Sólo una ignorancia supina puede eliminar una feria que tiene su origen nueve siglos atrás.
Juan Conde Roa publicó en 2004 el libro “Santiago, piedra a piedra”, editado por la asturiana Nigratrea, con enaltecedoras fotografías de la ciudad. En la página 126 aparece un pequeño texto de Juan Conde Roa sobre la loma de Santa Susana: “Esta carballeira –escribe- fue fruto de una donación que hicieron los condes de Altamira al Ayuntamiento de la ciudad en 1546”. “Este lugar –añade- fue utilizado hasta principio de los años setenta del siglo XX y desde tiempos remotos como campo de la feria, celebrándose éste desde 1882 todos los jueves del año”. (En algún medio se pone el origen de la feria en 1882, cuando lo que ocurrió en ese año fue que para poner orden se declaró día feriado todos los jueves del año. El escritor inglés e ilustre hispanista Richard Ford viajó a Compostela en 1832 y recomienda “un paseo hasta la alameda de Santa Susana, saliendo por la Puerta Fajera, sobre el campo de la Feria”).
LOS FUEROS MUNICIPALES
Todo concejal compostelano que se precie tiene la obligación de conocer los “Fueros Municipales de Santiago y de su Tierra”, de Antonio López Ferreiro. En sus páginas consta que desde hace nueve siglos se celebraban ferias y mercados en Santiago, aunque el documento de época más lejana es 1133, donde está escrito que “los que salieren tierra adentro á comprar vacas, cerdos y otras carnes, no las vendan á revendedores, sino á los ciudadanos y á los carniceros; y éstos compren por ante el Concejo, y maten de día y en la plaza, y vendan legalmente por el peso jurídico que les señalare el Concejo, según la antigua costumbre. No concedemos que se maten más bueyes que los viejos é inútiles para el arado”.
En el “Código dado por D. Alfonso X en el año 1252 á la Tierra de Santiago”, que reproduce López Ferreiro, se fijan los precios del mejor caballo gallego, de la mejor mula, de la vaca viva sin hijo, de la vaca con ternero, del carnero, de la gallina, del cabrito, del cerdo… y se advierte que el que por más lo vendiere o por más lo comprare, que pierda el vendedor los mrs. y el comprador el ganado y pague cada uno de ellos X mrs. por cabeza.
En el año 1482 se reunieron en Compostela los procuradores de las ciudades, villas y concejos de Galicia y, según López Ferreiro, acordaron acudir a los Reyes Católicos “representándoles los agravios y faltas que estaba sufriendo Galicia y suplicándoles adoptasen las medidas que creyesen más oportunas y según procediesen en justicia”. Para ello elaboraron una minuta de 25 capítulos, en la cual “iban apuntadas las quejas y reclamaciones que los procuradores habían de elevar é conocimiento de los Reyes”, que presentaron ese mismo año en las Cortes de Madrid, o tal vez en Pinto. El texto literal del capítulo XXIV es el siguiente: “otrosy por quanto los procuradores… oble ciudad de santiago tienen aquí ciertos preuillejos concedidos por los Reys pasados de gloriosa memoria en… al vna feria franca de veynte dias antes ante de Santiago y veynte dias despues, la qual siempre se vso y guardo y vsa y guarda, que porque la dicha ciudad ha seruido a vra. alteza y aprouechado y ayudado en las cosas de la justicia y de la hermandad de aquel Reyno los dhos. sus procuradores y todos los otros de dho. Reyno, suplicamos a vra. alteza les mande guardar e confirmar la dha. feria e preuillejos, en lo cual vra. alteza fara seruicio a dios y al apostol Santiago, y a la dha. cibdad y Reyno bien e merced”.
YA HABÍA FERIA EN EL SIGLO DE GELMÍREZ
Desde época tan lejana celebró Santiago ferias y mercados en distintos puntos de la ciudad. Diego Gelmírez fue nombrado Obispo de Santiago en 1100 y pasados dos años se fue a Braga para hacerse con las reliquias de los santos Fructuoso, Cucufate y Silvestre y de Santa Susana, virgen y mártir. El 19 de diciembre de 1102 llegaron las reliquias a Compostela. Gelmirez reconstruyó la pequeña iglesia del Santo Sepulcro por otra mayor, donde depositó el cuerpo de la santa. Esta iglesia está situada en el Outeiro dos Potros, que desde entonces se conoce como el Coto de Santa Susana. En Outeiro dos Potros se hacía feria para la venta pública de equinos. De donde se puede deducir que ya en el siglo XI, en el que nació Gelmírez, ya había feria de ganado en Santiago.
A mediados del siglo XX, concretamente en 1950, como recoge Filgueira Valverde en su “Guía de Santiago”, ya se estudia el traslado de la feria de la robleda a otro lugar. Pero los años pasan y la insuficiencia del espacio del cerro de Santa Susana para acoger la gran concurrencia pecuaria aumenta, al tiempo que las exigencias sanitarias demandaban un cambio de ubicación. La falta de higiene y sanidad pecuaria era la nota dominante en la feria a cielo abierto en la carballeira de la cima de la Herradura. Aquel espacio ni se sometía a operaciones de limpieza después de cada concentración semanal, lo cual aportaba abono a los robles, pero no contribuía al desarrollo de las transacciones. Así que se intentó abandonar aquel teso medieval para ubicarse en un mercado de ganado con plena garantía sanitaria.
En 1967 se crea el ministerio de Planificación y Desarrollo, del que se encargó Laureano López Rodó, que había sido catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de Santiago desde 1945 hasta que en 1961 se trasladó a Madrid. López Rodó como ministro siempre respondió a lo que Compostela demandaba. En 1964 accede a la alcaldía de Santiago el pintor Francisco López Carballo, quien tres años después logra que el ministerio de Agricultura, bajo la dirección de Adolfo Díaz-Ambrona Moreno, financie las obras del Mercado de Salgueiriños, con cargo a los fondos de los planes de desarrollo. La feria semanal de ganado era una importante actividad para la economía de Santiago, que lo sigue siendo en la actualidad por lo que no se entiende el desprecio de la institución municipal hasta borrarla del mapa porque alguien quiere resucitar a un cadáver. ¡Desvestir a un santo para no vestir a otro!. Es pésima práctica política.
La construcción del recinto de Salgueiriños comienza en 1967, año en que concluye el I Plan de Desarrollo. Era un momento de crisis ganadera, de la que Luis Moure Mariño nos dejó este retrato: “La política de acción concertada para el ganado vacuno no ha sido pensada para Galicia; por eso fracasó aquí, pese a ser la nuestra la primera región ganadera del país. Y las producciones de carne y productos lácteos no alcanzan las cifras que podrían esperarse porque, aunque sea paradójico, desde dentro del mapa de España se hace la competencia a la riqueza más característica de Galicia”.
Galicia reunía más de la cuarta parte del censo de vacuno de España. No obstante, los mercados de la España verde perdían concurrencia por la acción concertada y la política de las centrales lecheras, instrumento este último que utilizaron las grandes ciudades para controlar el mercado de la leche. A pesar del mal momento, en la feria del 23 de mayo de 1968 salieron el Coto de Santa Susana 420 terneros recentales, seguida en transacciones por una feria de Santander con 300 reses.
EL PRIMER MERCADO CUBIERTO DE ESPAÑA
En 1971, año del último Plan, en un sábado, 14 de agosto, se inauguró el recinto de Salgueiriños. Nacía el primer mercado ganadero cubierto de España. El Estado costeó las obras para un destino pecuario. El recinto disponía de 25.000 metros cuadrados cubiertos, de los cuales las naves ocupaban dos hectáreas. Contaba con espacios de estacionamiento para 600 camiones y 1.500 turismo, dos lazaretos y una nave de desinfección de vehículos de transporte. También destinaba un espacio para la venta de productos agrarios y había toldos de feria para degustar pulpo. Hay que hacer honor a que somos el pueblo más pulpeiro de Europa.
En el acto de inauguración, el ministro Allende y García-Báxter dijo, entre otras cosas: “Tengo absoluta confidencia de que es necesario modificar las condiciones insatisfactorias de la estructura agrícola de Galicia, que todavía persisten, obstruyendo el desarrollo de la economía agraria de la región”.
El jueves, 18 de agosto, la concurrencia ganadera estrenó el flamante mercado. Ganaderos y tratantes celebraron la comodidad de la instalación cubierta, por la implantación de servicios para el manejo y control sanitario de los animales. Constituía un freno a la propagación de epizootias. La habitual escasa calidad de los materiales empleados en aquella época pronto se reflejaron en el deterioro de la edificación, que se acentuaba de año en año, con un creciente impacto visual negativo. Por Decreto de 17 de abril de 1975, que aprueba el Plan Nacional de Mercados de Ganado, se crean 8 mercados de categoría nacional, 29 de carácter regional y 159 de ámbito comarcal. El Mercado de Salgueiriños, sin duda por la excelente trayectoria de cuatro años de actividad, por la dedicación y profesionalidad del primer Gerente, Juan Armada y Diez de Rivera, ingeniero agrónomo, se incluye entre los de categoría nacional, junto a los de Pola de Siero, Torrelavega, León, Medina del Campo, Talavera de la Reina, Zafra y Jerez de la Frontera. Estos dos últimos, por falta de concurrencia, dedican hoy en día su espacio a exposiciones, si bien, las más vinculadas al sector agropecuario.
El mercado de Salgueiriños mostró su aspecto desfavorable durante algunos años. Se admitía que las instalaciones eran anticuadas y mal ubicadas, pero las gestiones del alcalde Estévez para dotar a la ciudad de un nuevo recinto no prosperaron hasta que las ayudas europeas se acercaron a este rincón del occidente europeo. Redactó el proyecto del mercado de Amio el ingeniero agrónomo Alejandro Sánchez de Dios, para realizar la obra entre agosto de 1994 y septiembre de 1995 con un presupuesto de 1.303 millones de pesetas. Pero la ejecución se demoró casi tres años, por lo que no fue posible su inauguración hasta mayo de 1998, con un coste de 1.930 millones de pesetas (11,6 millones de euros) y un incremento del 48 por ciento. La empresa constructora fue FCC, con sede en Madrid. La mitad de la financiación corrió por cuenta del FEOGA y el resto, aportación de la Xunta para un ente de propiedad municipal. Maximino Viaño tiene esta otra información: “As instalacións de Amio foron feitas dentro do Plan de Desenvolvemento Rural de Galicia pagadas un 40% pola Comunidade Europea e o resto pola Administración Galega, que a cambio ficou cos 93.000 metros cadrados ( 35.000 á Xunta e 58.000 ó Concello) que ocupaba Salgueiriños. Por iso o rural pensa que a feira é deles, como pensaban da de Salgueiriños que a fixera o Estado en 1970, expropiando os terreos (agrícolas entón) para potenciar a economía gandeira galega”.
La ayuda europea se destinó a una inversión agropecuaria, que al decir de la Real Academia de la Lengua es aquello “que tiene relación con la agricultura y la ganadería”. Lo agropecuario no tiene nada que ver con la venta de pisos o coches o con los saldos y las antigüedades. Sin embargo, para ese objetivo, que desgraciadamente son exposiciones que se realizan en demasiadas villas y ciudades gallegas, ni siquiera se necesitan certámenes sectoriales.
(Sigue)